Ingredientes
- 1 y ½ Kg. de pulpa o puré de membrillo
- 1 y ½ Kg. de azúcar
Preparación
- Para conseguir la pulpa de membrillo se realiza lo siguiente: Se cosechan los membrillos al final del mes de marzo (si es que uno tiene el árbol en cuestión), si no, se compran aproximadamente 2 kg o 2 ½ kg de membrillos en la feria o en el supermercado.
- Los membrillos se lavan (no se pelan) con agua y una esponja de lavar platos. Se deben dejar bien limpios, sin pelusa.
- Se cortan en cuartos y se les saca las semillas (estas semillas sirven para hacer una jalea que es excelente para los problemas intestinales, pero eso da para otro post).
- Se ponen a hervir los trozos de membrillo sin el azúcar con tanta agua como para cubrirlos.
- Al cabo de una media hora se pueden pinchar para ver si los trozos están blandosy si es así se muelen con el prensa papas o eventualmente con un tenedor. Así obtenemos la pulpa o puré de membrillos.
- Debemos pesar esta pulpa para poder agregar la proporción de azúcar que es la misma que de membrillos. Se le puede poner un poco menos de azúcar pero nos arriesgamos a que la mermelada quede un poco ácida (esto depende de la madurez de la fruta, por supuesto, madurez en sentido estrictamente vegetal).
- Se coloca esta mezcla en una olla con buen fondo (yo utilizo una vieja olla a presión) y se pone la mermelada a fuego muy bajo para que no se queme. Se revuelve con cuchara de madera de tanto en tanto y luego, cuando ya está tomando color, se revuelve con más frecuencia.
- La mermelada se puede hacer en dos días: el primer día toma el primer “punto” y luego, al otro día se le da el “punto” definitivo.
- Se envasa en caliente, en frascos bien limpios, y se deja reposar hasta que se enfríe, tapando los frascos con un paño limpio.
- Luego se tapan los frascos y se guardan (yo los guardo en el refrigerador para no correr riesgos, sobre todo con las hormigas).
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